Alejandro Sawa. Mala Estrella (III)
Murió en belleza, sin una contracción en el hermoso semblante, sin una frase torpe ni un gesto feo. Dentro del ataúd y a la luz de los cirios, parecía de mármol. Detalle escalofriante. Un clavo de la caja le había lastimado la sién, y de la herida salió un hilillo de sangre que cuajó enseguida. Ese clavo sobre el que apoyaste la frente para dormir tu último sueño… ¡pobre hermano! … es el símbolo cruel de tu historia triste.
Eduardo Zamacois relata la escena que Valle copió del natural.
Grabado de Ricardo Baroja
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