Oliver Messiaen:
Entre la creación y la revelación
Del misterio al milagro, entre la
música y la visión, se propagan estos signos sonoros. Vibrantes su espíritu en nuestros
sentidos, como colores que fulguran hasta transfigurar el lenguaje musical.
Este estallido de la profusión
divina no acepta la medida humana. El instante, el aliento, el soplo que se
escapa, es la partitura de Visions de l`amen (1943) Sus notas quedaron
vibrando, al mismo borde del silencio.
Silencios y vibraciones que no
originan pausas, es el principio de esta quietud mística. Cuerdas secretas de
la soledad sonora. Diapasón del universo. Texturas de ecos celestes. Huella imperceptible de un
germinar que no cesa.
Presencia viva, ruta visible del
alma. La urdimbre material de tocar a cuatro manos y encontrar en la Fé el aire
donde inspirarse.
Parece que Messiaen partió de un
texto de Ernesto Hello, para tallar este retablo de palpitaciones. Encarnar
sería un verbo que definiría la traslación de este éxtasis. Cristalizar
destellos verbales en una música que lleva su geometría hasta el límite, la que
curva el infinito.
Cuando la vanguardia se hace
irreversible, justamente, se crean estos clásicos.
EC
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