Información de Teatro Inactual y artes residuales

jueves, 29 de marzo de 2012

Dramatis personae (IV)

Gutiérrez Solana: La pústula de la realidad

La mayor desdicha de Solana es haber llegado a la pintura española completamente a destiempo; su aparición resulta, mitad y mitad, un brote tardío y una temprana resurrección. Pero es, desde luego, un milagro, en bruto si se quiere, pero valioso, que no se ha comprendido todavía (Ramón Gómez de la Serna, en su mezquindad de gran artista, sólo vio en Solana lo que éste tiene de material aprovechable, de material ramoniano, de fisonomía profunda, ya que en Ramón sólo se comprende al carácter y no el sentido de las cosas, es decir, que no llega nunca a encontrar significaciones), el caso de Solana es milagroso porque estando sentado, y casi inmóvil, en medio de su brutalidad, baja hasta él la voz grande, la voz recia de la pintura española, una voz que había quedado cortada, interrumpida por la tisis del presente. La pintura de Solana está llena de desaliño, de insensatez, de bajonazos, es decir, de mala "factura", pero nos hace sentir que estamos de nuevo en el toreo, que de nuevo se torea, que hemos vuelto a la plaza, al redil español. Solana vuelve a tomar la pintura por los cuernos y nos vuelve espectadores de su valentía, de su arrojo, de su locura; todo este espectáculo desgarbado, de pueblo, de mezcla de generosidad y miseria, disgusta a muchos, pero claro, son siempre esos muchos que no comprenden, no a Solana -ya que eso quizá no tendría gravedad-, sino que no comprenden nada de la vida, de lo vivo, de lo real vivo, y que son como una clase extraordinaria de mentirosos, de envidiosos profundos, no envidiosos de otras personas, sino de la vida real misma, y por eso intentan retocar la realidad, encontrarle defectos, pero la realidad viva no tiene defectos, no puede tener defectos porque ella no es obra, no es obra... puesta a juicio; lo que puede juzgarse es todo aquello que ha sido hecho, pero no lo que ha sido nacido (de ahí que la crítica de arte sea un absurdo y un imposible, porque el arte, como se sabe, no pertenece a la especie de las cosas hechas, sino nacidas); todo puede juzgarse, incluso la naturaleza, lo que hace la naturaleza, pero no lo que la naturaleza es. Solana desagrada, no sólo al público, sino a entendidos, porque da siempre ese espectáculo burdo, desarrapado, torpe, sin comprenderse que todo eso es él mismo, su ser mismo, su naturaleza misma -sobre la que no tenemos derecho alguno- y no su calidad. Su calidad -sobre la que sí tenemos derechos- es milagrosa porque se levanta airosamente de un centro que parecía inservible, de desperdicios, de basura. Solana es como una novela de Galdós de la que se han perdido o traspapelado páginas y nada concuerda ya, en donde los hechos no coinciden, no coinciden pero existen.

Ramón Gaya


martes, 27 de marzo de 2012

El día mundial del Teatro

El afamado elenco  del Centro Nacional de Lilliput celebra el día mundial del teatro, reponiendo su conocidos éxito, “Yerta, la obra estéril” que cuenta ya con miles defunciones.
Una lectura dramatizada de “La vida en el ataúd” y una pequeña obra dirigida a los más pequeños como captación de futuro público, ponen fin a esta emotiva efemérides. 



Un momento de la representación


El público infantil disfruta de la representación

martes, 20 de marzo de 2012

Dramatis personae (III)

Hermenegildo Bustos. El tesoro de los humildes

Antes de encontrarnos, estos personajes nos descubren, nos miran con atención, y nos interrogan. Sobrios como si  la inmortalidad de su alma dependiera de ello. Sabemos que murmuraran de nosotros en cuanto les demos la espalda.

Hermenegildo Bustos, retratista de encargo y en ratos libres. Vendedor de nieves, fabricante de su propio ataúd y del de su esposa. Quedó fuera de la historia de  la pintura. Aún hoy día tanta contundencia es incómoda, esta época donde la verdad se disuelve en abstracciones  y mercadurías, no es la indicada para que un espíritu libre asome.

Fue en Purísma del Rincón, Guanajuato, a finales del XIX donde la pintura, la gran pintura decidió aparecerse un día, asqueada de academias y trasgresiones, mareada de tantos ismos europeos, vino a reposar  en estos pinceles humildes que retrataban a sus paisanos. Para seguir captando la esencia del alma en el rostro. Al modo que inauguró hacia algunos siglos El Greco, quien quizas descubrió el modo en los retratos funerarios tolomeicos, en esto del arte nunca se inventa. Que ya lo dijo D'ors, lo que no es tradición es plagio.  En este pintor de pueblo emerge  todo eso.

Por aquellos retablos apolillados en las viejas iglesias estudió toda su técnica el genial nevero, por ahí se encontró  y entroncó con la raíz viva de la creación pictórica. Su habitual firma: “Lo pintó  Hermenegildo Bustos, aficionado y natural de este pueblo.” Nos dice a las clara que renunciar a la vanidad es un antídoto contra la devastación del tiempo.















Anotado Por Hermenegildo Bustos en los márgenes de un calendario de  1894.

"Los habitantes de Purísima del Rincón morían de enfermedad, de manera repenti­na o por asesinato. Algunas parejas se casaban, otras se fugaban. Los entierros interesaban a toda la población. Escribían y recibían cartas y tarjetas... en ciertas situaciones se asis­tían unos a otros. Daban arrimo a niños abandonados. Había riñas y robos. Se enfermaban de pulmonía, sarampión, erisipela, pujo, calentura, bubas, dolor de cuerpo, caídas, vasca, gripe, mordeduras de perro ... Las mujeres parían hombres y mujeres. Pagaban las deudas en abonos. Se iban a pasear a los palenques. Sufrían temblores de tierra. Cambiaban las autoridades civiles y eclesiásticas, desde los jefes a los sepultureros... Daban serenatas... Asistían a misas de cuerpo presente, de rogación, por Nuestra Señora de Guadalupe. Con o sin lluvia hacían peregrinaciones a pie. Los animales se accidentaban o se perdían... Bautizaban a los recién nacidos. Se visitaban. Se confesaban. Se mataban en las canti­nas. Escapaban de la cárcel. Cumplían condenas... Guardaban con cuidado las escrituras de sus casas. Vendían y compraban propiedades. Eran desalojados. Se hacían regalos. Compraban imágenes para el templo y mandaban a hacer velas especiales... Mandaban a hacer vestidos y zapatos para los que surtían la materia prima."

lunes, 19 de marzo de 2012

Dramatis personae (II)

Martín Chambi. Sueños del imsomne

Clausurado recinto  del difunto, dónde todo se dejó tal como quedó, son estas vidas. Resucitadas a la muerte,  a sus infinitas fronteras de silencio. En esa eternidad desnuda, sin cielo ni infierno. 

En sus ojos permaneció intacta la mirada, inmune al polvo o la humedad. El corazón se petrificó en el tiempo, sellándolo el lazo morado con las letras doradas, del No te Olvidan. Se le siente el  aliento marchito de masticar coronas secas.

Fotografías  extraviadas en el fondo de un cajón, todos permanecen quietos pero sin reposo. Embalsamadas sus pasiones y deseos. Guardan el secreto del Apocalipsis en sus gargantas, ese grito que los despierte de su mal sueño.




lunes, 12 de marzo de 2012

Dramatis personae (I)


Diane Arbus. Las cicatrices del ángel

La obra de todo artista acaba siendo siempre su autorretrato. Por la obra de Diane Arbus asoma su mirada áspera como un desinfectante, el dolor entre barbitúricos, los manotazos del naufrago entre multitudes. La gama de todos los cielos grises , cubiertos de miedo.

Nacida en la ciudad de los  rascacielos se interesó por los enanos. A  fuerza de retratar modelos se inclinó por lo deforme. La educación de judía ortodoxa le llevó a buscar entre las remendadas lonas de  circos errantes. Toda su vida está cruzada por estos contrastes, cicatrizada con estas imágenes.

Hay algo insanamente familiar en ellas, un secreto que todos sabemos y nadie confiesa, un déjà vu revelado. No capta el movimiento, lo diseca en blanco y negro, y sin embargo escuchamos el débil latido de la criatura solitaria, sin ningún candor, inerme y terrible, despojada de belleza.

Más brutales que inquietantes, mas sucia de prosa que perfumada con poesía.  Sus personajes nos miran desafiantes en su diferencia. Circundando un universo extraño, sombrío, la periferia del american way of life, para llegar a los confines de la demencia.

Regresaba del psiquiátrico de noche, por un camino oscuro y apartado,  su cámara cuadrada se guardaba aquellos espejos rotos entre los límites de la realidad y la pesadilla.

Aquel camino que recorrió durante dos años no podía dar sino al precipicio de su propio destino: Una muerte sórdida en su bañera teñida con sangre.

Esta colección de fotografías se quedó sin título, es un álbum que cerró la muerte.




viernes, 2 de marzo de 2012

El cuarto del utilero (III)




Daniil Kharms o el precio de ser cuerdo en el infierno

Cuatro ejemplos de cómo una idea nueva impacta en una persona no preparada para ello.

I
ESCRITOR: ¡Soy un escritor!

LECTOR: Pero, a mi juicio, eres mierda de caballo.

(El escritor permanece unos minutos impactado por esta nueva idea, después cae muerto. Se lo llevan)

II

ARTISTA: ¡Soy un artista!

OBRERO: Pero, a mi juicio, eres mierda de caballo.

(El artista como una hoja empalidece;
acto seguido, fallece
y se lo llevan antes de que den las trece.)

III

COMPOSITOR: ¡Soy un compositor!

VANYA RUBLYOV: Pero, a mi juicio, eres mierda de caballo.

(Respirando pesadamente, el compositor se desmaya. Se lo llevan.)


IV

QUIMICO: ¡Soy un químico!

FISICO: Pero, a mi juicio, eres mierda de caballo.

(Sin pronunciar una sola palabra, el químico cae pesadamente al suelo).

13 de abril de 1933.~

Kharms fue arrestado en varias ocasiones acusado de distribuir propaganda contra el régimen. En 1941 fue detenido por última vez y trasladado a una prisión de la policía política. Para evitar que lo ejecutaran, fingió un trastorno mental; se le diagnosticó esquizofrenia por lo que fue ingresado en una penitenciaría psiquiátrica de Leningrado, donde murió de hambre en 1942, cuando contaba 37 años de edad.