Pobre Don Ramón convertida tu obra en cartón piedra, cambiaron tu bufanda por corbata estatal por triplicado, Hoy tus bastonazos son política incorrecta, por más que sigamos en el país de los cabrones de la Academia, aclamados por los ventrílocuos de consignas, propagadores de conciencia mediática, taxidermistas culturales y demás camaleónica ralea.
Hoy escupen desde los despachos convertidos en escenario, tus parlamentos. A porcentaje de subvención menos veintiún por ciento de IVA. Ellos no son carlistones, no, que son fervientes utópicos de la Gulag y la checa, propietarios tras la bandería, que echan mierda y se quejan del hedor. ¿Creación teatral? No nos pongamos estupendos. Toda su esperanza está en los premios Juan Palomo, y en acabar de pagar la segunda hipoteca. Esa que les cura del estrés en el mar o la sierra.
No les costó olvidar aquello de “por sus obras los conoceréis”, si se les recuerda, anteponen aquello otro de “es que tengo que vivir”. Ya les contestó el Marqués de Argenson, hace mucho tiempo: “No hay ninguna necesidad de ello”
Pasquín del Lic. Rebolera
No hay comentarios:
Publicar un comentario