Los perros guardianes
"Hay que exprimir al máximo al prisionero durante los tres primeros meses, luego ya no sirve para nada"
Naftali Frenkel. Director de la sección económica de los Campos de reeducación sovieticos
Tamara Grigorevna
Tsulukidze, arrestada en 1937 justo con
su marido, el director Aleksandr Ajmateli , condenada a cinco años de pena, estuvo
dieciocho deportada en los campos. Ajmateli
fue fusilado poco después de su
detención. Ella trabajó durante varios años en la tala de bosques y en las
canteras antes de pasar a formar parte
del teatro del campo del coronel Knazh-Pogost, en la república de Komi , en el
que dirigió un teatro de marionetas. Actuaba en los Campos para los niños
nacidos como consecuencia de las violaciones de los guardianes.
“Niños delgaduchos, sombríos,
temerosos, con las cabecitas rapadas. Abrían desmesuradamente los ojos sin
decir una palabra. En el estrecho pasillo del barracón obligaron a medio
centenar de niños a sentarse ante el telón del teatro. Comenzamos. No reaccionaron
a la aparición del gato Petrushka. Un silencio absoluto. Pero cuando el perro
Drushuk apareció ante el telón y ladró, se asustaron. Las primeras filas
rompieron a llorar, las demás tras ellas. Salí ante el telón para mostrarles
que sólo era un títere. No sirvió de nada, continuaban llorando. Los niños
criados en el campo de trabajo nunca
habían visto un gato, ni un gallo, ni una vaca, y el perro les traía el
recuerdo de los perros de los guardianes.”
Recuerdos de Tamara Tsulukidze
La prisionera Tamara Tsulukidze actuando en el Campo de Komi
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