Pienso que es imposible asistir a un espectáculo teatral, íntegramente. Casi siempre llegamos tarde; pero, además, algo de nosotros se queda siempre fuera. Al sentamos en una butaca en cualquier teatro, apenas se acomodan allí tres cuartas partes de nosotros mismos; el resto divaga por el vestíbulo, esperándonos; se queda en él para reanudar a la salida nuestra vida particular, nuestra vida íntima, personal, suspendida al inicial el pasillo del patio de butacas.
El peligro es evidente. Un autor puede ser fascinado por ese público en el que cada individuo va dejando las tres cuartas partes de sí mismo, en ese taller donde tan mal se forja el hombre social, mezcla de inhibición, de docilidad, de cautela ... Puede ser fascinado y engullido, como la mosca en la tela; pero al propio tiempo, ¿ no está obligado a producir el fenómeno escénico para esas tres cuartas partes, raras veces para el fragmento que suele quedarse en el vestíbulo?
Benjamin Jarnés. Fauna Contemporánea (Espasa-Calpe 1933)
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