Por mucho que cambien los gustos del público, nada podrá socavar el puesto glorioso que María Tubau ocupa actualmente en la historia de nuestro teatro: su naturalidad impecable la preserva del olvido.
Es la verdadera actriz moderna. Ni violenta ni superficial, ni trágica ni bufa, colocada en aquellos delicados límites donde el drama y la alta comedia se hermanan.
Eduardo Zamacois. Desde mi butaca.
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