AVISO URGENTE: CIERRE POR DEMOLICIÓN

Citas eruditas y escolio del Profesor Matamula

"Entrar en un teatro en España, produce siempre la misma extraña sensación que penetrar en un anacrónico museo de figuras de cera. Es una reminiscencia de un mundo fallecido, definitivamente muerto."

Dice don Josep Pla (Humor honesto y vago, ed: Destino. 1942 pag.80) Debe ser por esto que nuestros  arquitectos actuales, se han esforzado tanto en  depurar su estilo arquitectónico, para que aun antes de presenciar la obra sepamos que nos acercamos a un tanatorio, donde si la obra es contemporánea, hablará de la pasada guerra. 

Acaba de ser moderno

Desde el comienzo ¡que comienzo! que no coincide con el principio. Nadie sabría cuando comienza, ¿cómo saberlo si estamos ante algo nunca visto? Todo se va desarrollando con una originalidad tal, que no tiene parangón con nada. A nada se parece. Lo que sucede es tan insólito que no se encuentra como describirlo, lo nunca visto, el sumen de la modernidad más moderna. No se puede hablar de personajes, no los hay. Y aunque esta ausencia sea lo único ya viejo, el modo en que han desaparecido es altamente novedoso. Tampoco se puede hablar de dramaturgia, ni de texto, ni de puesta en escena al uso, insisto, todo es tan nuevo que no hay con que cotejarlo. El final es igual que el principio, pero no, no es un da capo, ni ningún circulo se cierra, es demasiado moderno para eso, aquí simplemente, radicalmente no acontece nada, pero somos conscientes de la ultimísima tendencia con que esto se expresa.  De sus interpretes, autores o diseñadores, solo podemos decir que son la vanguardia de ultimísimo modelo, o mejor dicho lo eran, seguro que en Berlín o algún belga, ya tiene algo mucho más moderno y avanzado que esto, y es que en estos tiempos el escenario (no usemos una palabra tan antigua como teatro) también avanza que es una barbaridad.

Desde la sala Modern Actión  Nacing d’ Nacing de Frankfurt

nuestro enviado especial Prof. Frank de Copenhague.

Sonoro fracaso de La Casa de Enfrente

La segunda representación de esta obra la recordaremos siempre con indignación y con vergüenza. Un público a quien no sabríamos calificar, compuesto, al parecer de gente culta y distinguida, profanó el teatro de Apolo con ocurrencias de burdel y vociferaciones y alaridos de plaza de toros.


No se respetó nada ni a nadie. Apenas empezada la representación, artistas y autores fuimos arrollados por una ola de estúpida y salvaje grosería, que en vano trataron de contener, con aplausos dignos de gratitud, muchos espectadores ofendidos, como nosotros, por el insólito atropello. Sin querer se nos vino a las mientes la cerdosa aventura que le aconteció a Don Quijote.


Como única, protesta decidimos inmediatamente retirar la obra del cartel, ya que no pudimos en tales momentos cortar el tristísimo e ignominioso espectáculo bajando el telón y devolviéndoles a aquellos energúmenos las monedas con que creían haber comprado el derecho de insultarnos a todos.


LOS AUTORES.