Larra. El enemigo en el espejo.
Una
tarde como esta se debió de matar Larra. Unos niños que jugaban en la estrecha
calle se asustaron con la detonación del disparo. El tendero de abajo contaba
que escuchó caer el cuerpo muerto.”Como si se desplomara un saco” y señalaba
entre las vigas. Cuando descubrieron el cadáver olía a pólvora, el cuerpo
estaba aun caliente, el espejo aun empañado, algunos papeles emborronados
regados por el suelo.
Algunos
libros dicen que se mata por un amor imposible, otros que lo hizo ante un
espejo. Todos si que señalan el día13 de
Febrero como el de su muerte. Hay una placa en la calle de la Amnistía que
recuerda el hecho. Una esquina, un balcón
al que siempre miramos esperando escuchar aun el eco de aquella tragedia...
Debió
de ser una de estas tardes, que presienten ya la primavera, en que los cambios bruscos de tiempo empañan el
cielo, dejándolo color ceniza.
Desde
el fondo del espejo, sus ojos conteniendo las lágrimas le miran. Hace una bola
con el papel en el que intentó garabatear
unas frases. Se levanta mientras aquel desconocido le observa, emboscado en
los adentros del azogue. Se mira como uno se mira en un sueño, entre perdido y
ausente. Se filtra por las ventanas el
griterío de la chiquillería, abajo, en la calle. Se mira las manos y tiembla. Se
sostiene la mirada con aquel retador reflejo. Una mueca de soledad en la luz que agoniza. Abre el cajón y le
enseña al espejo la pistola.
Solo
permaneció su imagen un momento más que él, asomada al espejo. El tiempo de ver
aquel cuerpo regado cuan largo era. Demacrada la tez que sobresalía ahora como
una mancha del traje negro. Los botines pesados e inútiles, las manos
crispadas. El olor de la pólvora borró al del perfume de la anterior visita. El
reflejo de Larra se perdió en el fondo del espejo.
La
pistola que llevó a su sien está expuesta en una vitrina del Museo Romántico,
en la madrileña calle de San Mateo. Parece mentira que eso, que hoy parece un
juguetito obsoleto, pudiera arrancarle la vida a alguien.
EC.
Leonardo Alenza. Sátiras del suicidio romántico.
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