Rouault. Miserere nobis
Este Miserere, matriz
de la obra de Rouault, viacrucis de 58 grabados, tiene la técnica del santo
sudario: coágulos de sombras, impresión de las heridas, la sangre y el sufrimiento
dando forma al rostro del hombre. El
pintor se abismó en los infiernos de su tiempo, el de las grandes guerras
mundiales, como anteriormente Callot y Goya dieran a la estampa la crueldad
bélica de la época que cruzaron.
A diferencia de ellos, en el aporte corpóreo de estas planchas
no acaba la contemplación, estas son
sólo la concavidad de un aparecer, concavidad de un vientre donde se desarrolla
el germinar de una esperanza. Ya que la tragedia alienta en su pintura lo
invisible. La pasión del hombre se confunde en la del Cristo, trascendiéndola
hasta el misterioso umbral dónde la Fe aparece.
En este imponente retablo de tierra oscura, la mirada no se
hunde bajo el peso de las líneas materiales del aguafuerte y aguatinta sobre
papel, sino que como la luz que atraviesa las vidrieras expanden el color sobre
el espacio , así estos grabados descomponen sus trazos negros, telúricos y
ancestrales, en piadosas oraciones.
EC
Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam tuam, 1923-1948
El duro oficio de vivir, 1922-1948
¡Será la última vez padre! 1927 - 1948
La muerte le sorprendió en su lecho de ortígas. 1922-1948
El justo como la madera de sándalo, perfuma el hacha que lo golpea, 1926-1948
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